Para chicas: La belleza que Dios busca

“La hermosura es engañosa, la belleza es una ilusión; ¡sólo merece alabanzas la mujer que obedece a Dios!” Proverbios 31:30 (TLA)

¿Cuántas veces nos preocupamos desmedidamente por nuestro cuerpo, vestirnos bien y sentirnos lindas por fuera sin tener en cuenta el estar limpias, puras y bellas por dentro? ¿Cuánto tiempo pasamos frente a un espejo y cuánto frente al espejo de la Palabra de Dios? ¿Qué pasaría si por un instante se invirtieran los roles, se ocultara nuestro aspecto físico, y floreciera a la vista de todos lo que hay en nuestra mente y corazón? 

1 Samuel 16:7 nos enseña que Dios no mira lo que nosotras miramos porque las personas nos fijamos simplemente en las apariencias, pero Él mira el corazón y conoce lo que somos realmente. Nuestro Dios examina constantemente nuestra vida y busca corazones íntegros, bellos, dispuestos a hacer su voluntad. 
Lucas 16:15 (NVI) dice: “Jesús les dijo: Ustedes se hacen los buenos ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios” ¿Qué cosas que estimamos mucho en nuestro corazón pueden estar siendo detestadas por Dios? Te invito a que nos tomemos un tiempo para pensar en esto. Que Dios nos libre de parecer personas rectas por fuera mientras por dentro nuestro corazón está lleno de hipocresía y desenfreno (Mateo 23:28) 

Hoy podemos acercarnos al trono de la Gracia, pedirle a Dios que nos muestre lo que está mal en nuestra vida, y con un corazón arrepentido buscarle con toda nuestra fuerza para que nos limpie, nos transforme y nos ayude a no descuidar nuestro interior, para adornarnos más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan seguir a Dios. Leer 1 Timoteo 2:10. Por eso:

Busquemos un tiempo a solas con Dios. Si realmente queremos que Él nos guíe y ayude en este proceso que podemos llamar nuestro “salón de belleza interior”, necesitamos con urgencia un lugar y un momento en donde podamos encontrarnos con nuestro Creador cada día, sin distracciones. Aunque sean 10 minutos al principio, es necesario que nuestra relación con Él crezca y se haga cada vez más personal, más íntima. Así los cambios que tanto anhelamos en nuestro carácter, mente, y en todas las áreas de nuestras vidas, no van a tardar en llegar. Colosenses 3:1-3
Renovemos cada día nuestro compromiso ante Dios. Al levantarnos, antes de ir a estudiar o trabajar, antes de dormir, busquemos a Dios de corazón para confesar nuestros pecados y renovar la decisión que tomamos de seguirlo sólo a Él. Tomemos este desafío, hagámoslo nuestro, y preparémonos para ver lo que Dios puede hacer en y con nosotras. 

“No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios” 
1Pedro 3: 3 y 4 (NTV)



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