La mejor herramienta del Diablo

Todos los pobres demonios andaban entusiasmados. Tenían un secreto. Hablaban en voz baja entre ellos; o simplemente se guiñaban un ojo y se refregaban las manos, sonriendo. 
Yo también soy un demonio. Se me acercó otro y me dijo al oído: "¡El Diablo se retira!" Pregunté: "¿Se retira de donde?" Y me dijo: "Se retira, se jubila, deja de trabajar, abandona el negocio" Sinceramente, me quede duro del asombro, pregunte: "¿Y por que se retira?" El demonio me contestó: "Por viejo y porque dice que ya no tiene necesidad de trabajar... y encima de todo ¡EL LUNES QUE VIENE REMATA TODAS SUS HERRAMIENTAS! ¡Imaginate! El que consiga alguna de esas endiabladas herramientas, nunca mas será un pobre demonio"

La noche del Lunes, un montón de pobres demonios esperábamos ansiosos. Hablábamos de fútbol, de política, de religión. Hacíamos niebla espesa con tanto aliento (los demonios no acostumbramos a lavarnos los dientes) De repente todos nos callamos... en medio de la oscuridad, escuchamos una voz que decía: "Vayan pasando sin atropellar" ¿Como contarles lo que vi? ¿Como darles a entender el tremendo poder y la absoluta fealdad de aquellas herramientas del mal? ¡El filo del perfecto odio, el ácido de la envidia más corrosiva, el puñal de la calumnia, las mascaras de la mentira! ¡Todos los instrumentos del mal estaba ahí! ¡Todo carísimo! Por supuesto. Eran cosas de segunda mano, pero de primerísima calidad. Por ejemplo, se tuvieron que juntar varios demonios banqueros para comprar un increíble encendedor de rencores. De todas maneras, aunque caro, todo se fue vendiendo. 

Una ultima arma quedo sin vender, no tenia un aspecto macabro como las demás herramientas. Era un pequeño frasquito de farmacia, con un liquido incoloro que exhibía un precio casi impagable. Aquel precio había desanimado a todos los compradores. El Diablo se abrió paso por toda la multitud. Desde el centro, miró lentamente en derredor como esperando una oferta. Reinó el silencio más hondo. Entonces, el se rió bajito y mirando a todos dijo: "¡ Estúpidos! Hubiera sido el mejor negocio si solo compraban este frasquito. Es lo que yo uso cuando todas las demás herramientas me fallan. Con esto he derribado almas que habían resistido mis mejores instrumentos, almas que habían desechado mis mas dulces tentaciones. Ustedes mismos, sin probarlo, han sido su victima, cuando se desalentaron ante el precio tan caro"
"¿Y como se llama ese veneno" Preguntó alguien por allá atrás.
"Tiene muchos nombres, como yo" Contestó el Diablo.
"Díganos uno" Me atreví a preguntar.
El Diablo sonrió. Guardó en su pecho la única de las herramientas que no se había vendido, la mas cara, la mejor, la mas eficaz para abatir la grandeza de las personas. Se abrió paso con majestad hacia la puerta. Pasados unos minutos, se volvió y dijo: "DESALIENTO, ¡Imbéciles! Ese es el veneno infalible, ¡El DESALIENTO!"

Ema
Facebook: Ema Diaz

Adaptado del Libro "Estrategias y Métodos de Capacitación" , Ricardo Ruiz